Desde hace unos días se viene comentando respecto a la propuesta del la SUNAT de identificar a evasores a través de las tarjetas de crédito. En no pocos casos, los medios de comunicación han informado, equivocadamente, que se trata un tributo aplicado a los ciudadanos que consumen utilizando para el pago sus tarjetas de crédito.
En realidad la propuesta es que los operadores de tarjetas de crédito retengan de los pagos realizados por los consumidores, los impuestos que le corresponderían pagar a los establecimientos comerciales por la venta que realizan. En pocas palabras, que los operadores de tarjetas de crédito se conviertan en “cobradores” de impuestos de la SUNAT.
De una u otra manera, una medida como la propuesta restringiría el uso de estos mecanismos de pago. Pues los establecimientos que están evadiendo el pago de impuestos respecto a las ventas que realizan aceptando el pago con tarjera de crédito, restringirán esta modalidad de pago, optando por el pago en efectivo. Esto sin duda disminuirá la bancarización en el país, lográndose un efecto contrario al deseado.
Durante los últimos años, varios gobiernos de América Latina y el Caribe (ALC) han implementado programas de incentivos fiscales vinculados con el uso de tarjetas de crédito y de débito. Programas similares a una iniciativa que tuvo gran éxito en Corea del Sur, para restaurar los ingresos tributarios del fisco después de la crisis económica de 1997.
El gobierno coreano estableció políticas específicas para promover el uso de tarjetas de crédito y de débito por parte de consumidores, empresas y comercios. Con el tiempo, estas medidas han logrado aumentar los ingresos tributarios, y han contribuido a estimular el crecimiento económico.
Los gobiernos de Argentina, Colombia, Costa Rica, República Dominicana, México y Uruguay han implementado programas que impulsan el uso de las tarjetas de crédito y de débito, con el fin de proporcionar una mayor transparencia en las transacciones financieras y mejorar la recaudación de impuestos. Los incentivos han ido desde loterías fiscales hasta reembolsos del IVA.
Así, desde el 2002, los consumidores argentinos que compran bienes y servicios utilizando tarjetas de crédito y débito reciben un reembolso de tres y cinco puntos porcentuales de base, respectivamente, como descuento al IVA, que actualmente es de un 21%.
Desde el 2004 los consumidores colombianos que compran bienes y servicios utilizando tarjetas de crédito y débito, reciben un reembolso de dos puntos porcentuales como descuento del IVA, que actualmente es de hasta un 16%.
Desde principios del corriente año, las autoridades fiscales uruguayas ofrecen reembolsos de hasta 9 puntos porcentuales del IVA, como descuento de la tarifa actual para el sector turístico (restaurantes y arrendadoras de autos), que asciende al 23%.
Por otra parte, en México se estableció desde el 2003 una lotería fiscal -El Boletazo- con el fin de promover el uso de las tarjetas de crédito y de débito por parte de los consumidores.
Esto nos lleva a pensar que la SUNAT debe ser más imaginativo al formular sus propuestas y valorar el criterio de oportunidad.
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