Durante
las últimas semanas, a propósito de la aprobación en el Congreso de una
modificación al sistema de aplicación del ISC a la cerveza, se ha iniciado una
campaña de desinformación que partió del vice ministro de economía y fue
secundado por COMEX, una Asociación con RUC dado de baja y una serie de
“opinólogos” rentados.
En
este espacio trataremos de ir desatando las falacias de cada uno de los actores
antes indicados, pero primero veamos de qué estamos hablando.
¿QUÉ PROPONE EL CONGRESO?
Veamos
que propone el Congreso. Pues son dos cosas, primero retornar al sistema
aplicado hasta mayo de 2013, es decir eliminar en la escala de las cervezas
(0°-6°) el sistema del monto fijo de S/.1.25 por litro, manteniendo el sistema
de 30% sobre el valor de la cerveza. ¿Se elimina con esta propuesta la
aplicación del impuesto en función al grado alcohólico? Por cierto que no. Es
más, este cambio lo que hace es retornar al sistema que existía hasta antes de
la reforma del 2013.
Pero
entonces, si ya se aplicaba el sistema impositivo sobre el valor, ¿cómo estaba
funcionando? Pues con el sistema anterior, al cual se propone retornar, el
consumo de alcohol ilegal en el Perú se había reducido de 50% a 27% y seguía
bajando. Existía competencia en el mercado de la cerveza, en el cual cuatro
empresas competían por precios. La recaudación se incrementaba entre 10% y 12%
anual.
Entonces
cómo se entiende que existe oposición al retorno al sistema de aplicación del
ISC? Sencillamente la propuesta se está enfrentando a un gran monopolio que no
quiere que nada afecte su nivel de concentración en el mercado y el MEF le
sigue la comparsa, porque fue gracias a ellos que a través de un Decreto
Supremo expedido el 2013, modificó el sistema impidiendo el ingreso de
competencia y favoreciendo una mayor concentración.
Pero
en el caso de las cervecerías artesanales que son pequeñas, porque se opone?
Sencillamente porque para Backus no existe enemigo pequeño. Todos deben
desparecer. Es su política.
HACIENDO CAJA CON EL ISC
Históricamente
el impuesto selectivo al consumo ha tenido como propósito desincentivar el
consumo de algunos productos. Así, se aplica el referido impuesto a los
cigarrillos por la externalidad negativa que tiene que asumir el Estado,
también se aplica al combustible por los efectos contaminante de éstos y, por
cierto, también a las bebidas alcohólicas por la externalidad negativa que
generan.
¿Qué
caracteriza a todos estos productos? Pues que la demanda de los mismos es
inelástica; es decir, las personas no dejan de consumir los productos porque se
aplica un impuesto alto, bajo, rojo o azul. Lo que ocurre cuando se modifican
las tasas, es que el consumidor migra hacía otro producto de las mismas
características. En consecuencia, cualquier modificación tributaria solo
recompone el mercado, mas no modifica sustancialmente el consumo.
Un
ejemplo claro de este comportamiento del consumidor se da en los cigarrillos.
El consumo de cigarrillos no ha disminuido por efecto de la política tributaria
del Estado, sino por algo mucho más eficaz: las fotos de personas con cáncer al
pulmón en las cajetillas y restricciones a fumadores en establecimientos
públicos.
Es
por ello que cuando se aplica una política tributaria con incidencia en el
impuesto selectivo, hay que tener mucho cuidado, pues se puede terminar
induciendo al consumo de productos de contrabando, generándose un mercado negro
incontrolable.
Es
más claro el caso del combustible, mientras más elevas el impuesto, los
consumidores migran rápidamente hacia combustibles más baratos, es decir los
más contaminantes. Pero cuando el consumidor llega al producto más barato y se
encuentra con precios prohibitivos debido a la alta carga tributaria, terminan
recurriendo al contrabando, con las consecuencias que ya conocemos.
En
el caso de las bebidas alcohólicas, la cerveza es el producto más barato. Pero
si se aplica un sistema tributario que impone una barrera de acceso a un
mercado altamente concentrado, desaparece la competencia y el único productor
comienza a elevar sus precios.
Los
eleva sistemáticamente, hasta que el consumidor, al igual que lo que ocurre con
el combustible, no encontrando otra bebida alcohólica legal más cómoda, migra a
bebidas ilegales que por lo general provienen del contrabando.
Es
entonces cuando, debido a un sistema tributario equivocado, nos volvemos a
colocar del lado del contrabando y el monopolio cervecero. Al igual que ocurre con
los CDs piratas, mientras más se aproxima el precio de la bebida formal a la
informal, se desincentiva el consumo de bebidas alcohólicas ilegales y/o de
mayor grado alcohólico… es la mejor forma de combatir la externalidad del
alcohol…
Así
las cosas, cuando el Estado trata de justificar el incremento de tasas
tributarias para disminuir el consumo de determinados productos, el objetivo
real de la medida no es otro que “hacer caja” por las perforaciones presupuestales
que han llevado a un mayor déficit fiscal. No interesa entonces la
externalidad, ni que los más pobres migren hacia bebidas alcohólicas ilegales.
PRIMER SHOT
En este punto cabe desnudar la PRIMERA FALACIA que se ha venido difundiendo en medios: “el
proyecto aprobado en el Congreso reducirá la recaudación en 200 millones”. FALSO, pues la recaudación histórica
por concepto de ISC a la cerveza es de 2,000 millones de soles y año a año se
incrementa en 6%, es decir 120 millones. Pero además, como el proyecto promueve
pequeños emprendimientos de cerveceros artesanales, el Estado percibirá mayores
ingresos no sólo por concepto de ISC, sino también por Impuesto a la Renta e
IGV. Un análisis tan simplista y miope como el que simula el Vice Ministro de
Economía no resiste el menor análisis.
Si
realmente el Estado utilizara lo recadado por Impuesto Selectivo al Consumo para
disminuir la externalidad negativa generada, hubiera sincerado hace rato la
caja y separado los ingresos por este concepto para ser utilizados
exclusivamente para esa finalidad. No lo ha hecho ni lo hará. Todo lo recaudado
por selectivo pasa a la misma caja de donde se pagan desde sueldos hasta obras,
pasando quizás por algunos chocolates Godiva.
A
manera de conclusión, podemos decir hasta aquí que el objetivo real del Impuesto Selectivo al Consumo no es desincentivar
el consumo de algún producto, tampoco es conseguir recursos para combatir la
externalidad negativa, el objetivo real no es otro que hacer caja para
gastar en todo y, en la actual coyuntura, para tapar el gigantesco déficit
fiscal que heredará el próximo gobierno.
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