Un congresista se confabula con tres personas; la primera es una a la que contrata pero no presta servicios efectivos en la institución, la segunda obtiene un poder de la supuesta trabajadora para recoger sus boletas de pago y cobrar sus remuneraciones, la tercera recibe como pago la remuneración de la primera.
La subcomisión Bruce elabora un Informe en el que propone que al congresista infractor se le acuse por “mentiroso” (Falsedad genérica). Es decir, que se le acuse por haber mentido al Congreso con la referida contratación.
¿Qué paso con la confabulación? ¿Qué sucedió con el uso indebido de los recursos del Estado? Como diría un integrante de la Comisión de Acusaciones Constitucionales: “ladra, ataca cuando se siente amenazado, mueve la cola cuando esta alegre, y levanta la pata para orinar, pero para Bruce no es un perro”.
Cómo si esto fuero poco, se somete a consideración el Informe de la Subcomisión Bruce y éste no es aprobado por su mediocridad, con el compromiso de votar un informe incrementando la responsabilidad penal a los delitos de colusión (confabulación), y peculado (uso indebido de los recursos del estado); sin embargo este informe, con la sospechosa abstención de Bruce y el voto en contra de la bancada afectada (Fujimorista) y de los “compañeros”, es desestimado.
Conclusión: Impunidad.
A la hoguera Bruce:
- Por haber elaborado un informe mediocre – por decir lo menos – minimizando la responsabilidad de un congresista.
- Por haberse sospechosamente abstenido en las dos ultimas votaciones de informes acusatorios contra dos congresistas.
- Por pretender engañar a la audiencia planteando un reconsideración que sabe que no pasara, pues se requiere que voten dos tercios a favor, lo que conllevaría a que tengan que votar a favor apristas y fujimoristas, cuando ambas bancadas tienen a un congresista acusado.
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