Si esto fuera un examen, muchos altos ejecutivos reprobarían. Por un lado, arman tantas barreras contra la comunicación hacia arriba, que se vuelve absurdo pensar que un subordinado busque ayuda en su líder. Por otro, aumentan una cultura que clasifica la petición de ayuda como debilidad o acaso, con lo que todos cubren sus fallas, perjudicando así a toda la organización. El auténtico Iíder es accesible y está disponible. Al mismo tiempo que exige alto desempeño, se preocupa por los esfuerzos y retos del subordinado. Al final, así será más probable que en su organización el análisis los problemas aparezca en vez de la cupabilización.
Gral. (R) Colin Powell
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