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lunes, 22 de enero de 2007

ENTREVISTAS PELIGROSAS

Se han dado cuenta como algunos políticos o candidatos se muestran nerviosos y hasta sudan cuando son entrevistados por algún medio de comunicación. Pues ello ocurre generalmente debido a que el entrevistado no se encuentra debidamente preparado para la entrevista o sencillamente porque no tiene manejo de medio.

Para evitar esta incómoda situación, la primera regla es prepararse bien respecto a los temas que se abordarán en la misma. Para ello, es necesario conocer previamente el perfil del programa y del conductor del mismo, si habrá algún otro entrevistado, si durante la entrevista se mantendrá una linea telefónica abierta para que el público intervenga, entre otros detalles que pueden ser de suma importancia para tomar la decisión de aceptar la entrevista.

Si se acude a una entrevista en la que no habrán sorpresas durante el programa y la persona se ha preparado suficiente sobre el tema materia de entrevista y los temas de coyuntura, dificilmente lo pondrán en apuros.

La segunda regla es que una persona no va a una entrevista para responder preguntas, sino para enviar sus propios mensajes. Es imprescindible, por tanto, que antes de la entrevista se preparen los mensajes que se desea proporcionar a la audiencia y que éstos sean claros, concisos y contundentes.

En una entrevista existe un interlocutor y por ello es que, a diferencia de un mensaje público o un discurso político, el entrevistado debe contestar las preguntas observando a su entrevistador y dirigirse a la cámara sólo si el mensaje que va a dar es a la audiencia, en cuyo caso deberá indicarlo al iniciar su respuesta. En consecuencia, la tercera regla es : "al hablar ante cámaras hay que indicar a quien se está dirigiendo el mensaje".

Cuidado con lo que se denomina la pausa periodística "preñada", es decir con las preguntas que luego de la respuesta del entrevistado, dejan un espacio de silencio, como esperando que el entrevistado continúe con su locución.

En estos casos hay que repetir el mensaje que se dio al inicio de la intervención, pero con otras palabras. Si se deja el espacio en blanco la audiencia puede pensar que el entrevistado no conoce la respuesta. No existe pregunta que no pueda ser llenada con un mensaje preestablecido.

Nunca se debe de tratar de llenar ese vacío con temas que no han sido materia de la pregunta, pues ello puede llevar al entrevistado a proporcionar información que le servirá al periodista para reformular preguntas que pueden poner en aprietos al entrevistado. Recuérde que ante la prensa decir la verdad, no implica decir "toda" la verdad.

Jamás hable "off the record" delante del entrevistador. Recuerde que la función del periodista es informar y por tanto la información que se proporcione puede motivar preguntas o investigaciones periodísticas que más tarde pondrán en apuros al entrevistado. Debe también quedar claro que "al periodista no se le pega ni se le paga" por una entrevista, no sólo por una cuestión ética, sino por las consecuencias que ello puede traer a futuro.

Por otro lado, es necesario que se comprenda que aquellos temas delicados - que el entrevistado guarda en siete baúles - y que jamás divulgaría ni a su mejor amigo, pueden ser descubiertos por la prensa. Es imprescindible preparar respuestas inteligentes para temas personales que un periodista acucioso tarde o temprano puede abordar durante la entrevista en apariencia inocua.

Los temas de coyuntura son casi inevitables durante el transcurso de una entrevista. Es por ello necesario que el entrevistado conozca cuáles son éstos y tener una posición respecto de cada uno de los ellos. Un entrevistado que acude a la entrevista sin haber leído los diarios del día será fácilmente humillado por desconocimiento durante la entrevista.

Como vemos, no es necesario sudar durante una entrevista, sino seguir, entre otras, las reglas antes indicadas, pues nos darán seguridad frente a la prensa y credibilidad ante la audiencia.

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