De
un tiempo a esta parte se ha podido apreciar como diversos proyectos de ley
enviados al Congreso a iniciativa del Poder Ejecutivo no se han podido aprobar
con la celeridad con que eran aprobados hasta hace pocos meses.
Es
el caso de la iniciativa gubernamental orientada a promover la infraestructura
en telecomunicaciones, la iniciativa por la que pretende flexibilizar los
plazos en la lucha contra la minería ilegal, la iniciativa que propone
endurecer el régimen sancionatorio del órgano regulador de las
telecomunicaciones, entre otras.
El
punto de quiebre se dio en marzo con la votación de la investidura del Consejo
de Ministros, es decir cuando el Congreso le negó el voto de confianza al
Gabinete Ministerial. En aquella ocasión la oposición en el Congreso marcó un
antes y un después, pues desde entonces se ha empoderado de tal manera, que
inclusive grupos aliados del Gobierno en el legislativo han comenzado a marcar
distancia con el gobierno.
Pero
si vamos más atrás, el hecho político que motivó el despertar de la oposición
fue la abrupta salida del Ex Premier César Villanueva. Villanueva renunció al
cargo luego de que el Ministro de Economía y Finanzas, Miguel Castilla, lo
desmintiera respecto a unas declaraciones del Premier sobre cambios de la remuneración
mínima vital. Días antes hizo lo propio la Primera Dama, quien luego tuvo que
retractarse de sus declaraciones.
“The
Economist” en un reciente editorial advierte sobre la debilidad del Presidente
en el manejo del poder político y la indebida intromisión en actos políticos
por parte de la Primera Dama y en particular del Ministro de Economía Miguel
Castilla. Sin lugar a dudas estos hechos han repercutido en la credibilidad
económica del país, pues los inversionistas ahora ven al Ministro Castilla como
un operador político de la Primera Dama, y no como un tecnócrata responsable.
Se conoce que en círculos amicales el Ministro Castilla habría anunciado su
próximo retiro del cargo.
Con
una oposición fortalecida y cada día más orientada a tomar decisiones con mayor
carga política por la cercanía de los procesos electorales – elecciones
municipales este año y generales el 2015 -, al Gobierno no le quedará más que
escuchar los cuestionamientos de la oposición, dar mensajes claros y precisos
respecto a la conducción del país y buscar los consensos políticos necesarios
para poder seguir avanzando. Y ello pasa también por detener a sus operadores
políticos que durante los últimos años han venido azuzando a la oposición y
colocar en su reemplazo a negociadores políticos de alto nivel.
Las
recientes declaraciones de la Primera Dama a la Revista Cosas han reavivado el
debate sobre el rol protagónico de Nadine Heredia en el accionar del Gobierno y
específicamente en el control de los proyectos de ley que llegan al Congreso.
Como se sabe, Nadine Heredia no sólo es la Primera Dama, sino también la
Presidenta del partido político de gobierno. Si la Primera Dama no aprende a gobernarse a ella misma, ¿cómo
puede aspirar a gobernar a los demás?.
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