Durante
los últimos meses el Congreso ha aprobado dos leyes - y una tercera está en
proceso de aprobación - que ponen en grave riesgo el sistema de garantías de
los derechos fundamentales a la libertad de expresión, de opinión y el secreto
de las comunicaciones de los peruanos.
La Ley de Crimen Organizado permite
que la Policía Nacional del Perú (léase Ministerio del Interior) espíe a
cualquiera de quien “sospeche” está cometiendo actos ilegales, pinchando sus
redes telefónicas. Las operadoras de telefonía están obligadas a permitir que
se cuelguen de sus redes de manera indiscriminada e impedidas de contar con
tecnología que no vaya en línea con la que cuenta la Policía Nacional del Perú.
La Ley de Delitos Informáticos permite que la Policía Nacional del Perú (léase
Ministerio del Interior) intercepte y espíe las redes informáticas y obliga a
los proveedores de Internet a vigilar la actividad de sus usuarios y revelar su
información privada lo cual puede constituir censura previa. Finalmente, el
Proyecto de Ley de Pornografía (#LeyChehade) crearía una comisión estatal
encargada de espiar y censurar contenidos en internet.
Ni
Obama después del 11S se atrevió a proponer normas de este tipo, menos aun Castro,
Velasco o Chávez, dictadores por excelencia. En todos los casos hacen o hacían
uso de estas malas prácticas de manera subrepticia y a través de sus servicios
de inteligencia. Y es que saben que se enfrentarían a sendas demandas inclusive
ante organismos internacionales.
En
el Perú no necesitarían de estrategias tan sofisticadas, pues a nuestros
congresistas les vendieron la idea de que estas medidas eran necesarias para combatir
la delincuencia y se “tragaron” el cuento “naZionalista”. Ahora el país cuenta
con legislación a la medida para que cualquier dictadorzuelo espíe y censure a
sus opositores de manera absolutamente legal. Si algún día los descubren, argüirán
alguna “sospecha” que justifique su indebido accionar.
Tres
leyes tres, son las que están llevando al país a convertirse en el paraíso de
un dictador.
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