EL RUIDO POLÍTICO Y LA INVERSIÓN EXTRANJERA

La inversión extranjera directa en el Perú ha subido de US$ 1,144 millones el año 2001 a US$ 7,659 millones el año 2011. Durante el año 2011 las principales fuentes de aportes de capital hacia el Perú fueron: España (20,25%), Reino Unido (20,21%) y los Estados Unidos de América (14,38%). 

Sin embargo, las últimas incursiones del grupo terrorista Sendero Luminoso en el VRAE, el secuestro de una treintena de trabajadores del Proyecto Camisea, la denuncia de niños secuestrados por terroristas, los cuestionamientos a las Fuerzas del Orden por la Operación Libertad, los chalecos antibalas inservibles, los ranchos en mal estado, los actos contra el proyecto minero Conga, el paro por la veda pesquera, la inestabilidad del Poder Judicial generada por dos prominentes magistrados, las protestas por las acciones contra la minería ilegal, etc.; generan demasiado “ruido político” para las inversiones en el Perú. 

Si a esto le sumamos la delicada coyuntura económica internacional por la que viene atravesando el mundo y que está llevando a que nuestros principales mercados externos empiecen a disminuir sus expectativas de crecimiento y con ello su nivel de compras, podremos apreciar que nuestras expectativas económicas pueden ser seriamente afectadas y ello sin duda se verá reflejado en el bolsillo de todos los peruanos. Durante el año 2011 los principales destinos de nuestras exportaciones fueron: China (15,1%), Suiza (12,9%) y Estados Unidos de América (12,8%). 

Los peruanos tenemos que entender que la estridencia política nacional representa una contaminación auditiva para el clima de los negocios y rompe los tímpanos de los agentes económicos, desalentando las inversiones necesarias para el desarrollo de la actividad productiva, para el crecimiento de la economía y para el cumplimiento de las obligaciones pactadas. 

Es por ello imprescindible que el gobierno, los operadores políticos y la sociedad en su conjunto, empiecen a disminuir los elevados decibeles que genera el ruido político a fin de permitir que los inversionistas puedan escuchar con nitidez que somos un buen destino para aquellas inversiones que están saliendo de otros países afectados por la crisis económica internacional.