TRADUCTOR

miércoles, 7 de octubre de 2009

Argentina vuelve a abrir las puertas de su economía a los expertos del FMI

La economía argentina se someterá finalmente a la evaluación de los expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI), según anunció el ministro de Economía, Amado Boudou, tras una reunión de 45 minutos con el titular del Fondo, Dominique Strauss-Kahn, durante la asamblea anual del organismo internacional, en Estambul. La "evaluación" podría llevarse a cabo a finales de este año o principios del próximo, y constituiría un paso definitivo en la normalización de las relaciones entre Argentina y el FMI, rotas prácticamente desde que en 2006 se rechazaron las revisiones anuales del Fondo.

El nuevo acercamiento de Argentina al FMI está motivado por la imperiosa necesidad de conseguir financiación exterior que permita reanimar la capacidad de recuperación del país y garantizar un crecimiento más sólido. "Ya hemos vuelto al mercado de capitales", anunció, satisfecho, el ministro. Sin embargo, Argentina necesita todavía que bajen sustancialmente las altas tasas de interés, como exigen los inversores internacionales. La delicada negociación con el FMI ayudaría a rebajar la incertidumbre. Para eso será necesario también anunciar un nuevo canje de deuda para los titulares de bonos argentinos que no aceptaron el ofrecimiento de 2005 y lograr una salida para la deuda todavía sin pagar con el Club de París.

Amado Boudou aseguró que el país no se someterá a una auditoría clásica, como en la etapa anterior, sino que se trata de una "evaluación muy técnica". Formalmente, se trata de superar el escollo que suponen las continuadas y polémicas declaraciones realizadas hasta ahora por el ex presidente Néstor Kirchner y la actual mandataria, Cristina Fernández, en el sentido de que no consentirían que el FMI "les tomara ninguna lección" ni les "sometiera a exámenes".

En la práctica, el FMI emitirá un informe. "Argentina es un país maduro que puede aceptar críticas, lo que no acepta es condicionalidades ni imposiciones de políticas", mantuvo el ministro.

En cualquier caso, y se llame como se llame, el FMI tendrá que analizar los datos reales de la marcha de la economía argentina, sometidos siempre a sospechas de manipulación por parte de los órganos estadísticos controlados por el Gobierno de Kirchner.

"No tenemos una necesidad imperiosa de fondos, como en los años setenta u ochenta", explicó Boudou. Sin embargo, asegura el comentarista de La Nación Carlos Pagni, el Gobierno necesita una nueva fuente de financiación para poder sostenerse. "Si el Tesoro no consigue un respiro externo, las retenciones de la soja no podrán ser tocadas ni rebajadas, tal y como exigen los agricultores", pronostica.

La ocasión para el acercamiento entre el Ejecutivo argentino y el FMI, buscada desde hace meses, han sido las reuniones del G-20, en las que participa Argentina, y los debates de ese grupo sobre cómo armonizar el crecimiento de las economías de los países miembros. El caso argentino tropezaba siempre con la misma dificultad: su ausencia de los mercados internacionales y la falta de valoración "externa" de su economía.

ElPais.com

No hay comentarios.: