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miércoles, 7 de octubre de 2009

Batalla por la libertad de expresión en Rusia

Los máximos dirigentes de Rusia se vieron obligados a reaccionar el miércoles ante la desorbitada campaña de acoso orquestada por un movimiento juvenil vinculado al Kremlin contra un periodista que criticó duramente a los veteranos, defensores de la Unión Soviética, caracterizándolos como "verdugos" y "celadores" en las cárceles de Stalin.

La campaña fue desatada por la organización Nashi (Los Nuestros) y a ella se han sumado diputados de la Duma Estatal (cámara baja del parlamento), entre ellos miembros de Rusia Unida (RU), el partido gubernamental mayoritario en la cámara. Estas fuerzas han dirigido sus iras contra Alexandr Podrabínek, el autor del artículo, y contra Ella Pamfílova, la jefa del Consejo Presidencial para el Desarrollo de la Sociedad Civil en Rusia, cuyo cese solicitan.

Pamfílova defendió el derecho a expresarse de Podrabínek y pidió a las autoridades que tomen medidas para proteger al periodista y su familia, que se han visto obligados a esconderse después de recibir amenazas y de ser abucheados por piquetes que montan guardia permanente junto a su domicilio. Tanto el presidente Dmitri Medvédev, por boca de su portavoz Natalia Timakova, como el jefe del gobierno, Vladímir Putin, indicaron el miércoles su deseo de que el tema sea reconducido a un marco menos virulento que el actual.

El asunto comenzó de una forma banal cuando una Shashlíchnaya (cantina de pinchitos morunos) de Moscú llamada "La Antisoviética" fue obligada por las autoridades municipales a cambiar de nombre y se transformó así en "La Soviética". La metamorfosis, supuestamente provocada por las quejas de veteranos de la URSS, inspiró a Podrabínek un artículo en el que trató a los defensores de la URSS como miembros de "una banda de delincuentes comunistas" al servicio de la represión. El tono del artículo resulta irritante para muchos en la Rusia de hoy, pero, en vez de polemizar o acudir a los tribunales, Nashi decidió presionar al periodista y ponerle ante la disyuntiva de disculparse o por emigrar. Para ello organizó una molesta y ensordecedora guardia junto al domicilio de Podrabínek, cuya esposa, atemorizada, se dirigió al Consejo presidido por Pamfílova en busca de protección, ya que, según ella, los miembros de Nashi difundían calumnias entre los vecinos y les convencían de que la intención de su marido era privar a los veteranos de la Segunda Guerra Mundial de sus pensiones.

Así las cosas, el consejo de Pamfílova calificó la campaña de Nashi de "ilegal y amoral" y con "claros rasgos de extremismo" y pidió que se protegieran los derechos y la seguridad del periodista y su familia así como que se atajaran las acciones ilegales de sus perseguidores.

El movimiento Nashi, considerado como una criatura del vicejefe de la administración presidencial Vladislav Surkov, ha sido utilizado por el Kremlin en el pasado para organizar escandalosas manifestaciones callejeras que sirven después para justificar posiciones políticas oficiales. Nashi organizó piquetes frente a la delegación de la Comisión de la Unión Europea en Moscú, y ante la embajada del Reino Unido y de Estonia. Varios de sus miembros son hoy diputados en la Duma y su ex dirigente, Vasili Yakimenko, ocupa un cargo equivalente a ministro de la Juventud de Rusia. En el caso de Podrabínek, Nashi ha ido más lejos que en acciones anteriores, al caldear los ánimos contra un particular indefenso.

Un diputado de RU ha propuesto que la Duma pida a Medvédev la dimisión de Pamfílova, que ha acusado de "especulaciones baratas" al partido gubernamental y se ha negado a pedir perdón, como exige Nashi. Por su parte, Pavel Tarakánov, el jefe del comité de la juventud de la cámara, acusó a Pamfílova de apoyar "no solo a los que insultan a los veteranos, sino a los que intervienen a favor de la revisión de toda nuestra historia". Como otros miembros del consejo que preside, Pamfílova es muy crítica con el contenido del artículo de Podrabínek, pero considera "más intolerable" todavía el acoso de Nashi.

El conflicto se ha agudizado en vísperas de las elecciones municipales rusas que tienen lugar el próximo 11 de octubre, lo que tal vez contribuye a que RU y Nashi no quieran distinguir entre defender el derecho de expresión y estar de acuerdo con las opiniones expresadas.

Natalia Timakova, la secretaria de prensa del presidente de Rusia, dijo el miércoles que lo sucedido en torno al artículo de Podrabínek es una "discusión normal surgida en la sociedad civil" y ha añadido que Dmitri Medvédev está a favor de desarrollar la sociedad civil, lo que supone "la discusión abierta" y la "resolución de los problemas de una forma civilizada, también recurriendo a los jueces".

La posición de Pamfílova, según Timakova, responde a estos principios. Preguntado sobre la situación en torno a Podrabínek, Putin, por su parte, dijo que "cualquier reacción es buena con moderación", según Alexandr Arjángelski, uno de los escritores participantes en una reunión con el jefe de Gobierno celebrada el 7 de octubre. En ella, según el escritor, Putin dijo que los ideólogos de Nashi no siempre actúan de forma razonable.

ElPais.com

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