En tiendas de Miami, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) adquirieron teléfonos satelitales y otros equipos de comunicación que fueron usados durante unos cinco años para coordinar intercambios de cocaína por armas, así como el desplazamiento de rehenes norteamericanos en poder de la organización, según un encausamiento revelado la semana pasada en Washington.
La intervención de las llamadas a través de los equipos comprados en Estados Unidos habría permitido a las autoridades federales y de Colombia asestar lo que se considera que ha sido el golpe más duro a la red de apoyo logístico de las FARC.
El golpe fue el preámbulo de la muerte del segundo al mando de las FARC, Raúl Reyes, en una confrontación el jueves al sur del país.
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