"No se deje empujar ni por expertos ni por élites. Los expertos a menudo tienen muchos datos pero poco juicio. Las élites se cruzan tanto entre si, que producen hemofílicos que se desangran con el menor rasguño de la realidad"
Las microempresas y las recién lanzadas, no tienen tiempo para escuchar expertos analíticamente distantes, ni el dinero para subsidiar élites en las alturas. El director general contesta el teléfono y si es necesario, maneja el camión. Quien aparezca en la nómina será porque produce y contribuye visiblemente a las utilidades, o rápidamente desaparecerá de ella.
Pero luego, las empresas crecen y empiezan a olvidar por qué "fueron invitadas a la fiesta": cualidades como la participación de todos, la equidad, la informalidad, la intimidad con sus mercados, el atrevimiento, el riesgo, la velocidad y la agilidad. De las torres de marfil, a menudo salen políticas que perjudican a la gente que está en la batalla o que busca producir utilidades.
El verdadero líder, estará alerta para combatir estas tendencias.
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