Prácticamente ha concluido la primera vuelta y los candidatos que pasan a la segunda vuelta son Ollanta Humala y Keiko Fujimori. A Pedro Pablo Kuczynski, que consolidó a la centro-derecha, le faltó algo más de quinientos mil votos, pese a que en el subconsciente de la gente era el candidato más preparado para dirigir los destinos del país.
Sinceramente, creo que si bien la centro-derecha ha perdido la elección, con su esfuerzo ha sembrado para el futuro. El sólo hecho de haber conseguido que la juventud participe activamente en el debate político, en torno a una propuesta democrática que defiende un modelo económico exitoso, es un triunfo.
Como nunca antes, hemos visto a lo largo de esta campaña la participación activa de jóvenes que - a diferencia de otros jóvenes monotemáticos cuyo discursillo “socialistoide” está limitado a temas vinculados a derechos humanos - debatían y defendían sus opciones políticas con una argumentación tan solida, que ya quisiéramos que algunos políticos tuvieran. Cualquier lugar era propicio para debatir ideales políticos: taxis, parques, esquinas y hasta patios escolares de recreo.
Es como si ante el letargo y decidía del resto de la ciudadanía, la juventud empezara a tomar con mayor responsabilidad su participación en la vida política. Es una juventud que cree en los principios democráticos y en el modelo económico, y participa activamente defendiéndolos, porque es consciente que las decisiones en torno a éstas temas les afectan. No cabe duda que la juventud quiere ser estimulada y no sólo instruida.
Sin lugar a dudas, todo este esfuerzo rendirá sus frutos a futuro. Esta juventud no se dejará embaucar tan fácilmente por políticos trasnochados.
Y todo esto gracias a una gran cantidad de profesionales exitosos, que tuvieron la decencia de anteponer el interés del país a sus propios intereses, defendiendo principios y actuando en función a ellos, con la verdad y sinceridad como escudo.
Si lugar a dudas, un ejemplo a seguir…
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