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miércoles, 3 de junio de 2009

Yo prometo...

Durante la Campaña Electoral del 2006 el entonces candidato presidencial Alan García Pérez, ofreció Sierra Exportadora. Esta promesa incluía el otorgamiento de beneficios tributarios a las empresas que se gestarán en las zonas altoandinas.

Y, en efecto, el mismo año, electo Presidente de la República, Alan García remitió al Congreso el Proyecto de Ley Nº 27/2006-PE que propone establecer a favor de las empresas industriales establecidas en zonas ubicadas a partir de los 3,200 m.s.n.m. los siguientes beneficios tributarios:

1.- Aplicación de una tasa de 0% para efectos del Impuesto a la Renta derivado de rentas de tercera categoría.
2.- Exoneración del pago de tasas arancelarias a las importaciones de maquinaria, equipo, software, hardware, royalties y patentes.

Sin embargo, desde dicha fecha el proyecto no ha sido aprobado en el Congreso por la renuencia que existía desde sus orígenes en el mismo Poder Ejecutivo. El proyecto de ley iba a contracorriente con la política fiscal imperante que estaba orientada a la reducción de beneficios tributarios.

El hecho es que la exoneración del Impuesto a la Renta de Tercera Categoría propuesto implicaría un tratamiento tributario privilegiado en detrimento de aquellas personas que desarrollan la mismas actividades agroindustriales, pero en centros de producción ubicados por debajo de los 3,200 m.s.n.m.

Y es que al otorgar beneficios tributarios en función de la altitud en la que se ubica la empresa se genera mucha desigualdad en el tratamiento tributario que se le da a una u otra zona geográfica.

En lo que se refiere a los supuestos beneficios que obtendría la población pobre de las zonas, con la propuesta se beneficiaría a un sector que representa a aproximadamente el 30% de la población, pero no necesariamente al 30% de menores recursos. No necesariamente la gente más pobre esta a determinada altura.

Por otro lado, la complejidad y el alto costo que generaría encontrar un procedimiento aceptado por la Administración Tributaria y por los contribuyentes para verificar la altitud en la que se encuentra el centro de operaciones, involucra un incremento significativo en las posibilidades de evasión, elusión y desvío de los beneficios.

Tenemos como ejemplo el caso de beneficios tributarios geográficos (Amazonía), que tampoco han tenido impacto sobre los índices de precios al consumidor, que se han mantenido altos, ni un impacto significativo sobre el nivel de remuneraciones promedio que reciben los pobladores de la Amazonía.

Pese a todos estas objeciones, el día de mañana se insistirá en el Pleno en que se debata la promesa de campaña del Presidente, para lo cual se ha exonerado al mismo del pronunciamiento de las comisiones ordinarias.

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