El Presidente Alan García anunció que en octubre del año pasado que pondría en marcha un “shock” de inversiones para realizar obras de irrigación, agua potable y electrificación rural. Se anunció que el plan sería puesto en marcha en dicho mes, cuando se hubieran concertado las fuentes de financiamiento y los primeros ahorros de la austeridad.
Sin embargo, en diciembre del mismo año ya
Frente a esta realidad, el Gobierno durante los últimos meses ha venido señalando como culpables del fallido shock de inversiones a los Gobiernos Regionales y Locales. Se les ha tildado de ineficientes en la ejecución del gasto, indolentes frente a las necesidades básicas de la población por no ejecutar las obras que requiere, entre otros adjetivos.
Sin embargo las cifras no engañan. Si revisamos el SIAF - que es el Sistema en el que consignan, entre otros, los niveles de ejecución presupuestal - nos encontramos con una realidad distinta a la que alude el Gobierno.
Los gobiernos regionales durante el año 2006 ejecutaron el 85,51% de su presupuesto, a diferencia, por ejemplo, del Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento que apenas ejecutó el 59,98% y el Ministerio de Agricultura que ejecutó sólo el 77,78%.
En lo que se refiere al presente año, a septiembre el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento ha vuelto a romper su propio record de ineficiencia en el gasto, pues faltando poco más de dos meses para cerrar el año, apenas ha ejecutado el 42,42% de su presupuesto. En el caso del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, se ha ejecutado el 66,66%, el Ministerio de Agricultura el 52,10% y el Ministerio de Energía y Minas el 58,65%.
En este caso, los Gobiernos Regionales vuelven a mostrar que su nivel de ejecución de gasto es mayor, pues a septiembre del 2007 registran un significativo 80,06% de ejecución presupuestal.
Definitivamente el Gobierno no debería mirar la paja en ojo ajeno, sin darse cuenta de la viga que tiene en el propio.
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