Desde
que en el siglo V A.C. Herodoto escribiera sobre la forma de gobierno ateniense
denominada democracia, pasando por el célebre
discurso de Lincoln en Gettysburg de 1863, defiendo la democracia como el "gobierno
del pueblo, por el pueblo y para el pueblo"; muchos han estudiado o criticado
la desigualdad en sociedades democráticas.
Mientras
socialistas ven la solución a dicha desigualdad en la uniformidad o igualdad de
resultados, que implica la existencia de uniformidad en la distribución de la
riqueza; en democracia lo que corresponde es generar el espacio necesario para
la igualdad de oportunidades.
Para
corregir la desigualdad social, el pensamiento socialista exige una correcta
distribución de la riqueza, para lo cual propugna quitarle a quienes más tienen,
para entregárselo a quienes menos tienen. De esta manera entienden que lograrán
una situación de uniformidad o igualdad de resultados, pero generando a la vez una
lucha de clases sociales.
Pero
además, desde sus orígenes el socialismo ha planteado suprimir la propiedad
privada, de tal manera que sea el Estado el que distribuya o reparta los bienes
que representan la riqueza, por partes iguales. Todo bajo su esquema de que todos
deben tener igualdad de riqueza o resultados.
Considero
que si le quitas a los que con esfuerzo o habilidad logran tener más bienes o
riqueza, lo que consigues es generar más pobres. No se trata de distribuir
riqueza a costa de otros, sino de que cada ciudadano tenga las mismas
oportunidades para generar riqueza. Con la tesis socialista, al final lo que
repartes no es riqueza, sino pobreza.
El
error de origen del pensamiento socialista, es considerar que todos los seres
humanos somos iguales. Y no lo somos. Algunos destacaran sobre otros y es la
naturaleza del ser humano hacer uso de esas ventajas para lograr mayores
satisfacciones. Es una utopía pensar que todos podemos ser iguales, social, política
y económicamente.
Milton
Friedman señalaba con acierto que una sociedad que antepone la igualdad – en el
sentido de igualdad de resultados – a la libertad, acabará sin libertad y sin
igualdad.
Es
por ello que la democracia, con todas sus imperfecciones, es el mejor sistema
político que existe. Permite a cada uno desarrollar sus habilidades, en una economía de libre mercado.
Pero
la democracia y la economía de mercado deben desarrollarse bajo el principio de
igualdad de oportunidades, en busca
de la satisfacción social, económica y política de la sociedad. No se trata de
que todos tengan lo mismo, sino de que la pista esté pareja para que todos
puedan esforzarse por conseguir sus objetivos en la vida.
Por
ejemplo, si se realiza un sorteo y todos compran un ticket, todos tienen la
misma oportunidad de ganar el premio. Solo uno ganara, pero todos competirán en
igualdad de oportunidades. O en una competencia de atletismo, todos los carriles de la pista de atlética
deben tener la misma longitud, material y condiciones de tiempo.
El
desarrollo de la igualdad de oportunidades es una tarea pendiente y de suma
relevancia para evitar el descontento social. Gran parte de la ciudadanía no
tiene actualmente la posibilidad de tener las mismas oportunidades en
educación, salud, seguridad, etc.
Por
qué un niño de escuela privada debe tener mejor educación que un niño de escuela
pública? Por qué un pensionista de ONP tiene que tener una pensión mínima en comparación
a otro que está en una AFP? Por qué alguien que asiste a un hospital o posta
medica debe tener una atención mediocre y despectiva, mientras que aquellos que
acceden al sistema de salud privada reciben una atención adecuada?
En
esta tarea, la responsabilidad del Estado se limita a proporcionar el marco de
derechos y libertades que permitan a los ciudadanos - en base a su ingenio, conocimientos y trabajo
duro - alcanzar posiciones cada vez mejores que les permitan satisfacer sus
necesidades y las de su familia.
El
resultado siempre será la desigualdad, pues como señalé, unos serán más capaces
que otros o se esforzaran más, pero las oportunidades serán las mismas para
todos.
El
principio de igualdad de oportunidades
debe implementarse de inmediato y elevarse a rango constitucional. El próximo
congreso tiene el deber de aprobar todas las leyes de desarrollo constitucional
y el gobierno proceder a implementarlas en todo el aparato estatal.
No
esperemos que una sociedad dividida por profundas desigualdades, produzca un estallido social como el ocurrido
en Chile para trabajar en ello.
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