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martes, 12 de febrero de 2013

A propósito de la revocatoria de regidores…

Mientras la población se satura de propaganda electoral, está pasando desapercibido que el proceso de revocatoria no sólo está dirigido a la alcaldesa Susana Villarán, sino que también involucra individualmente a cada uno de los regidores que integran el Concejo Municipal.

Y es que las municipalidades funcionan casi como un Estado en pequeño. La alcaldesa - con las distancias del caso - hace las veces del Presidente de la República, mientras que el Concejo Municipal hace las veces del Congreso de la República.

Así las cosas, a la alcaldesa corresponden la dirección ejecutiva y la ejecución del gasto municipal, mientras que al Concejo Municipal - integrado por regidores de distintos grupos políticos - le corresponde dictar las normas municipales y fiscalizar la labor de la alcaldesa.

Es en este escenario que se llevará a cabo el proceso de revocatoria en Lima Metropolitana, a través del cual se consultará a la población si desea o no que la alcaldesa continúe en su cargo. Para ello la cédula electoral tiene dos opciones: SI - NO.

Pero como también se está sometiendo a revocatoria a los miembros del Concejo Municipal, es necesario tener en cuenta que si bien el Concejo Municipal está integrado en mayoría por regidores de la misma agrupación política de la alcaldesa, también los hay de otras tiendas políticas que en cierta forma representan la oposición al régimen municipal. 

Entonces, si la revocatoria - mas allá de tener un alcance vecinal - es de naturaleza política, la decisión del elector respecto a la revocatoria de cada regidor debería guardar coherencia con su decisión respecto a la decisión adoptada en el proceso de revocatoria a la alcaldesa.

Si no fuera así, sencillamente estaríamos frente a un proceso en el cual se consulta respecto a la institucionalidad, lo que sería en extremo peligroso para el sistema democrático. 

No contribuye en mucho el hecho de que la cédula electoral no identifique el partido político al que pertenece cada regidor. Esto lleva a que el elector prácticamente vote a ciegas, sin distinguir a los regidores que forman parte del “oficialismo” de aquellos que forman parte de la “oposición”.

Sin lugar a dudas se está vulnerando el derecho del elector de ser oportuna y correctamente informado al momento de emitir su voto. En el proceso eventualmente podrían ser revocados “tirios” y “troyanos”, sin considerar si cumplieron con sus funciones o que tan competentes han demostrado ser para ocupar dichos cargos, desde el "oficialismo" o la "oposición".

Sería una lástima que por decidía del elector y una extraña omisión de la ONPE al diseñar la cédula electoral, regidores de la calidad moral y profesional de Pablo Secada sean revocados de sus cargos. 

En lo que respecta a mi voto, tengo claro que marcaré un NO a la revocatoria del regidor Pablo Secada, pues espero que al menos uno de los más destacados regidores fiscalice adecuadamente a quien maneje el erario municipal e impulse las medidas económicas y financieras que necesita la vapuleada Municipalidad Metropolitana de Lima.

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