Hace unas semanas comentaba que el eterno error de la “centro” y “centro derecha” es que siempre pierden porque los intereses personales los llevan a ir divididos a las contiendas electorales. Y todo hace prever que en las próximas elecciones ello podría volver a suceder.
Resulta que a las candidaturas de Luis Castañeda y Alejandro Toledo por el flanco derecho, esta vez se sumaría una eventual “out sider” que se las trae: Meche Araoz. Una magistral jugada del Partido Aprista que - luego de más de 40 años - abriría sus puertas a una candidatura tecnócrata e independiente.
Sin embargo, no cabe duda que en el caso de Mercedes Araoz, su accionar público la ha marcado como una candidata liberal. Y para cambiar esta percepción - en pocos meses de campaña - cuando menos deberá acomodar su discurso hacia la centro izquierda, evitando caer en populismo. Ello la haría parecer como una candidata oportunista.
Es decir, deberá a toda costa intentar llevar a sus contrincantes a la orilla del debate técnico-propositivo. Si no lo hace, lo más probable es que sea arrastrada al discurso político y en esa “arena” tiene mucho que perder. Sus rivales se harán cargo de recordar en cuanta plaza pública o medio de comunicación los luctuosos sucesos de Bagua.
Aun nada está dicho, pues algunos dirigentes y bases aprista están mostrando un dura oposición a la candidatura de Mercedes Araoz. Al fin y al cabo, su candidatura sólo se formalizará luego de que se pase por un proceso de elecciones internas.
Como si esto fuera poco, Mercedes Araoz estaría exigiendo al Partido Aprista que la acompañen en la plancha presidencial personajes independientes de su elección, así como incorporar en la lista congresal una considerable cantidad de independientes, también propuestos por ella. Sin duda su inexperiencia política la está colocando al filo de la navaja, entre las bases y parte de la dirigencia aprista.
No cabe duda que el más afectado con la candidatura de Mercedes Araoz sería Castañeda, que hasta hace unos días encabezaba las encuestas con el voto de la centro y centro derecha. Y, por cierto, quien debería celebrar la candidatura aprista debería ser el Fujimorismo, pese a que algunos de sus dirigentes parecería que aun no entienden que en la división se gana.
Sin lugar a dudas, el Partido Aprista con Meche “pierde” y “gana”. Pierden la Presidencia – abriendo paso a la postulación de Alan el 2016 – y ganan en el Congreso, pues el factor de arrastre de Meche consolidaría un bancada importante.
Como diría un conspicuo aprista : “no hay mal que por bien no venga”.
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