En estos últimos días hemos podido apreciar a través de distintos medios de comunicación, como desde el Congreso de la República, se han formulado pedidos de interpelación contra el Primer Ministro y el Ministro de Vivienda.
La primera interpelación ha recaído contra Jorge del Castillo, por la contratación de Alberto Pandolfi en el Preven, sin tomar en cuenta que se encontraba inhabilitado para ocupar cargo público.
En este caso, la bancada humalista presentó un pedido de interpelación, que no es otra cosa que un pedido para que el Primer Ministro acuda al Congreso a contestar una serie de preguntas que previamente se le alcanza por escrito. El procedimiento señala que para ser sometido a votación este pedido, se requiere que en una sesión previa, se dé cuenta de su ingreso a través de la Mesa de Partes del Congreso.
Muy astutamente, la bancada aprista retrazo un día el trámite previo a la aprobación del pedido de interpelación, suspendiendo la sesión plenaria del miércoles por falta de quórum, a apenas quince minutos de haber pasado lista de una manera inusualmente rápida.
Con esta movida política, era imposible que se votara en la sesión plenaria del jueves la moción de interpelación, por lo que el Primer Ministro acudió al Congreso en calidad de invitado y, ubicándose en su curul parlamentaria, contestó las preguntas del pliego interpelario, no sin antes dar certeros golpes a la oposición.
Ahora, como es previsible, la moción de interpelación humalista tendría que ser votada la próxima semana; sin embargo, carecería de sentido interpelar a un ministro para que conteste preguntas que han sido absueltas. Esta primera batalla, en apariencia, la habría ganado el partido de gobierno.
Sin embargo, el Primer Ministro en su descargo disparó su artillería política contra toda la oposición, inclusive contra las bancadas que habían anunciado que no votarían a favor de la interpelación y menos de su censura, abriéndose frentes innecesariamente.
Esta actitud confrontacional por parte de Del Castillo, ha dejado heridas en toda la oposición, situación que podría poner en aprietos al gobierno cuando desee lograr algún objetivo desde el Congreso.
Las primeras reacciones podrían verse en la moción de interpelación del Ministro de Vivienda, Hernán Garrido-Lecca, a quien se le acusa de haber contratado contenidos periodísticos en los llamados “medios chichas”, al mas puro estilo montesinista. La única diferencia, sería que en el caso del referido ministro se habrían dejado más huellas que las que puede dejar un gato jugando con un ovillo de hilo.
El Presidente de la República no ha querido quedar fuera de la película y ha expresado su apoyo al Ministro de Vivienda, colocándose en una muy difícil situación política, pues este tema le traerá un dolor de cabeza muy grande y representará un costo político alto para el Gobierno.
La próxima semana veremos el desenlace de este episodio de nuestra política criolla, por fina cortesía del Canal 95.
La primera interpelación ha recaído contra Jorge del Castillo, por la contratación de Alberto Pandolfi en el Preven, sin tomar en cuenta que se encontraba inhabilitado para ocupar cargo público.
En este caso, la bancada humalista presentó un pedido de interpelación, que no es otra cosa que un pedido para que el Primer Ministro acuda al Congreso a contestar una serie de preguntas que previamente se le alcanza por escrito. El procedimiento señala que para ser sometido a votación este pedido, se requiere que en una sesión previa, se dé cuenta de su ingreso a través de la Mesa de Partes del Congreso.
Muy astutamente, la bancada aprista retrazo un día el trámite previo a la aprobación del pedido de interpelación, suspendiendo la sesión plenaria del miércoles por falta de quórum, a apenas quince minutos de haber pasado lista de una manera inusualmente rápida.
Con esta movida política, era imposible que se votara en la sesión plenaria del jueves la moción de interpelación, por lo que el Primer Ministro acudió al Congreso en calidad de invitado y, ubicándose en su curul parlamentaria, contestó las preguntas del pliego interpelario, no sin antes dar certeros golpes a la oposición.
Ahora, como es previsible, la moción de interpelación humalista tendría que ser votada la próxima semana; sin embargo, carecería de sentido interpelar a un ministro para que conteste preguntas que han sido absueltas. Esta primera batalla, en apariencia, la habría ganado el partido de gobierno.
Sin embargo, el Primer Ministro en su descargo disparó su artillería política contra toda la oposición, inclusive contra las bancadas que habían anunciado que no votarían a favor de la interpelación y menos de su censura, abriéndose frentes innecesariamente.
Esta actitud confrontacional por parte de Del Castillo, ha dejado heridas en toda la oposición, situación que podría poner en aprietos al gobierno cuando desee lograr algún objetivo desde el Congreso.
Las primeras reacciones podrían verse en la moción de interpelación del Ministro de Vivienda, Hernán Garrido-Lecca, a quien se le acusa de haber contratado contenidos periodísticos en los llamados “medios chichas”, al mas puro estilo montesinista. La única diferencia, sería que en el caso del referido ministro se habrían dejado más huellas que las que puede dejar un gato jugando con un ovillo de hilo.
El Presidente de la República no ha querido quedar fuera de la película y ha expresado su apoyo al Ministro de Vivienda, colocándose en una muy difícil situación política, pues este tema le traerá un dolor de cabeza muy grande y representará un costo político alto para el Gobierno.
La próxima semana veremos el desenlace de este episodio de nuestra política criolla, por fina cortesía del Canal 95.
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