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domingo, 19 de febrero de 2012

EL CAOS ES LA PARTERA DEL DIABLO


El Comercio ha publicado en “Portafolio Económico” un artículo respecto al poder que tendría Miguel Castilla, Ministro de Economía, en las más altas esferas de poder del Gobierno. 

Se muestra a Castilla como un advenedizo a las redes de poder y esquivo a decisiones que pueda enfrentarlo al Poder Político que ejerce el Presidente de la República y, en cierta forma, la Primera Dama. 

Se irroga a Castilla participación en la salida de todo el grupo de defenestrados asesores de izquierda e influencia directa y muy fuerte en decisiones políticas presidenciales más importantes. En este último caso demostraría que es un profesional competente, pero en el primer caso, que cuando menos ha leído “El Príncipe”. 

Lo cierto es que durante esta primera etapa del Gobierno, hemos visto como se aprobó la Ley de Consulta Previa que meses antes había merecido dura crítica por parte del Ministerio de Economía, del cual formaba parte Miguel Castilla. También hemos visto la decidida apuesta del Presidente por el Proyecto Conga y diversos proyectos de inversión. Estos hechos demostrarían que Castilla sabe que batallas pelear y cuáles no. 

La Ley de Consulta Previa era una batalla perdida frente al Presidente, por tanto la dejaría pasar con pequeños ajustes que le permitieran capacidad de maniobra en la reglamentación de la misma. El tema de Conga es algo distinto, pues en este caso están de por medio no sólo los intereses de los inversionistas, sino del país, por la magnitud de la inversión prevista y la imagen que se proyectaría. 

En el momento más álgido del conflicto en Cajamarca y aún con los asesores de izquierda en el Gobierno, corrió el rumor de que la cabeza de Miguel Castilla y otros tantos ministros sería entregada en bandeja de plata a los revoltosos para detener un inminente derramamiento de sangre en la zona de conflicto. No pasó mucho tiempo y todos los asesores del izquierda salieron del Gobierno. ¿Coincidencia? Quién sabe, aunque no me atrevería a atribuir tan delicada maniobra política a un tecnócrata novato en estas lides. 

Pese a ello, se conoce que Miguel Castilla es un tecnócrata sin mayor roce con el sector empresarial, sin embargo estaría demostrando que en la arena del poder político sabe manejarse y sería poseedor de un poder-influencia muy alto, no sólo en el Gobierno, sino en el Poder Legislativo. Y esto no me parece mal, como si lo fuera que el Presidente abdicara de su poder político o el Ministro confundiese su rol de asesor en la toma de decisiones de Estado. 

Lo cierto es que Miguel Castilla está en la mira del sector de izquierda desde hace ya algún tiempo, por lo que deslizar de manera intencional - o quizás involuntaria - la fuente de todos estos rumores: un colaborador del Ministerio de Economía y Finanzas; no lleva sino a desestabilizar al Ministerio de Economía y Finanzas.. 

Conocemos de la preocupación existente por el despropósito legislativo de limitar la tenencia de las tierras agrícolas en el país, pero si lo que se busca es presionar a Miguel Castilla para que enfrente esta batalla, inclusive contra el Presidente de la República, no me parece la forma correcta. 

Recordemos que el caos es la partera del diablo y nadie quiere eso. 

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