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jueves, 2 de junio de 2011

ENTRE PULLAS Y PROPUESTAS

No recuerdo otra oportunidad en la que un debate de candidatos presidenciales haya sido esperado por la población con tanta expectativa. Miles, sino millones de personas, engrosan las filas de quienes aún no toman una decisión respecto de su opción electoral o, habiéndola tomado, no se sienten seguros de que sea la mejor opción. Para este sector de la población, que fácilmente podría migrar su opción de voto, el debate podría haber constituir un punto de quiebre para adoptar una decisión o variar la ya adoptada.

El primer punto a destacar, fue que durante el debate ambos candidatos tuvieron un muy buen manejo del tiempo. Los cortes fueron precisos, aunque no siempre los tiempos utilizados con eficiencia. La técnica de debate también fue muy superior a la empleada en otros debates. Ante el ataque, las replicas al punto fueron cortas y precisas, utilizando de manera inteligente el resto del tiempo otorgado para sus propuestas y para disparar un dardo a su oponente. En ambos lados se notó que optimizaron su tiempo y dosificando propuesta y ataques. 

Como era previsible, el candidato Ollanta Humala fue el primero que envistió contra su contrincante mostrando su preocupación ante la posibilidad de que en un eventual gobierno de la candidata Keiko Fujimori se repitan los hechos ocurridos durante el gobierno de su padre. Entre las principales pullas del candidato Ollanta Humala, podemos destacar aquella en que señaló que con los 600 millones de dólares que se malversó durante el gobierno se su padre se hubiera podido financiar “Pensión 65” y otra en la que mostró una supuesta contradicción de su oponente al defender derechos de mujeres y a la vez haber sido primera dama de un gobierno que provocó esterilizaciones forzadas. 

La respuesta de la candidata Keiko Fujimori no se hizo esperar. Afirmó que jamás permitiría que los terroristas sean llamados grupos beligerantes, en alusión a un libro escrito por el candidato Ollanta Humala, así como que ella se enfrentó a Vladimiro Montesinos, mientras que Ollanta Humala hizo el levantamiento de Locumba para encubrir su fuga, increpando a su contrincante por estar acusado de sobornar testigos en procesos por violación de los derechos humanos. De manera muy acertada le dijo al candidato Ollanta Humala: “Si quiere debatir con Alberto Fujimori puede ir si quiere usted a la Diroes”. Con esta frase cerró de manera efectiva los ataques de su contrincante referidos a actos ocurridos durante el gobierno de su padre, dejándolo sin una de sus principales armas de ataque.

Me parece que la candidata Keiko Fujimori salió mejor librada de este ejercicio democrático, tanto por la aplicación correcta y oportuna de las técnicas de debate, como por la forma en que formuló propuestas de manera articulada. Aunque, valgan verdades, en un debate tan parejo como los sondeos de opinión, difícilmente deben haber variado sustancialmente las preferencias electorales.

Luego del debate, queda claro que mas allá de los candidatos, nos encontramos frente a dos modelos de gobierno totalmente disimiles y, en función a ello, los electores deberemos optar entre un modelo de apertura de mercados y promoción de inversiones, y otro estatista y proteccionista de la industria nacional.

En el primero, son bienvenidas las inversiones nacionales y extranjeras, a las cuales se les da el mismo trato, correspondiendo al Estado la función de ente regulador del mercado, bajo la premisa que a mayor crecimiento, más y mejor calidad de empleo. 

En el segundo caso, el modelo se caracteriza por ser proteccionista de la industria nacional y cerrado a la inversión extranjera. Un modelo en el cual gran parte de la producción pasa a manos del Estado a través de empresas públicas, que engrosan las planillas públicas, en desmedro de servicios públicos esenciales como salud y educación.

Así las cosas, entre pullas y propuestas, este cinco de abril todos los ciudadanos iremos a las urnas a cumplir con nuestro deber de elegir a la persona que nos gobernará durante los próximos cinco años…. o más???

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