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sábado, 13 de junio de 2009

Congreso y populismo en ciernes

Durante las últimas dos semanas hemos asistido en el Parlamento a continuos enfrentamientos entre quienes defienden la denominada Ley de la Selva (D.Leg.1090) y quienes exigen su derogatoria.

Frente a dos formulas planteadas, una que propugnaba la derogatoria y la otra la suspensión, fue esta última la que mereció la aprobación de la mayoría de congresistas presentes.

Como era de esperar, los congresistas que no lograron los votos suficientes para lograr la derogatoria del Decreto Legislativo 1090, se levantaron de sus escaños y armaron un laberinto sin igual en el Congreso.

Llegaron a tomar por asalto el Hemiciclo (lugar donde sesionan los congresistas) durante el día miércoles y jueves, en que fueron sancionados siete de ellos con 120 días de suspensión sin goce de haber. Todo esto, ad portas de concluir la Segunda Legislatura del periodo anual de sesiones 2008-2009.

Las consecuencias de esta medida disciplinaria son varias. La primera es que el Grupo Parlamentario Nacionalista, que constituye la segunda mayoría en el Congreso (23 congresistas), se ve disminuido en siete miembros.

Si bien, con 16 congresistas sigue siendo la segunda mayoría, sin duda esta medida disminuye sustancialmente las posibilidades de la oposición de lograr ganar la presidencia de la Mesa Directiva para el siguiente Periodo.

Pero, además, la composición de las presidencias de las Comisiones del Congreso también varía. Esta distribución se hace proporcionalmente al número de congresistas que tiene cada Grupo Parlamentario. Durante el Periodo de Sesiones que concluye este 15 de junio, el Grupo Parlamentario Nacionalista obtuvo cuatro Presidencia de Comisión de las 22 existentes.

Más allá de esta variación en la composición de las fuerzas políticas en el Congreso, está la conveniencia de que concluya este periodo anual, con vista al comportamiento político de los grupos parlamentarios durante los últimos meses.

En el Grupo Parlamentario aprista, las discrepancias entre la política de gobierno que sigue el Poder Ejecutivo y las acciones del Grupo Parlamentario de Gobierno se han acentuado. Esto estaría incomodando a algunos miembros del Gabinete que ya estarían pensando en dejar sus bandas ministeriales.

Se aprecia una marcada diferencia entre los congresistas apristas con posiciones altamente popularistas y quienes mantienen una línea política más responsable. En no pocos casos la facción populista, liderada por congresistas de provincias, ha logrado fijar la posición en la bancada de gobierno.

A esta situación, hay que agregar el cambio de rumbo en las decisiones del Grupo Parlamentario Fujimorista. Y es que la campaña a la Presidencia de la República en este grupo parlamentario ya se habría iniciado. Como consecuencia de ello, durante los últimos meses hemos visto como sus congresistas estarían marcando su posición en el Congreso observando las encuestas.

En lo que se refiere a los grupos de oposición más radicales, éstos han endurecido sus posiciones, lo que hace inviable la aprobación de leyes de relevancia. Entretanto, en Unidad Nacional también se perciben como algunos de sus congresistas estarían siendo seducidos por el olor a multitudes.

Con este peligroso escenario, considero que lo mejor para el país es que concluya este Periodo Anual de Sesiones, sin ampliación de Legislatura. Esto permitirá a los congresistas meditar respecto a sus acciones hasta el mes de agosto en que se reinicia la actividad parlamentaria.

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