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martes, 5 de febrero de 2008

EL COMIENZO DEL FIN DE LAS FARC


El día de ayer, martes 4 de febrero de 2008, quedará marcado para todos los colombianos como el día en que el mundo, comprendiendo su dolor por las continuas violaciones de los DD.HH. por parte de las Farc, se sumo al unísono a la voz de rechazo a la violencia impuesta por dicho movimiento terrorista en Colombia.

Quienes tenemos memoria de los actos terroristas de Sendero Luminoso, recordaremos que ocurrió lo mismo en Perú, el día en que los senderistas hicieron volar por los aires la Calle Tarata en el distrito de Miraflores. Ese día todo el Perú se puso de pie y a una sola voz grito su repudio al accionar terrorista. Este hecho marcó el comienzo del fin de Sendero.

Pero en esta oportunidad hay otro hecho importante. Se ha develado la mascarilla con la que actúan algunas ONGs, dícese defensoras de los DDHH, que no se han sumado a las marchas en Perú y otras partes del mundo. La excusa infantil que ha dado alguna ONG criolla, es que no se les había convocado. Vamos, todos sabemos de su vedado apoyo a los movimientos subversivos. En el caso de las Farc no se trata de socialismo, comunismo, Engels, Marx o Lenin, sino de intereses subalternos ligados al Narcotráfico.

Estos grupos de amigos (léase ONGs) - sí, los mismos a los que supuestamente no se les ha convocado a la marcha en Lima - no sólo no asistieron, sino que pretendieron boicotearla.

Efectivamente, inicialmente manifestaron que la protesta debería ser contra toda forma de violencia, con lo cual minimizaban el acto de protesta directa contra las Farc. Si pretenden atacar gobiernos que lo hagan pero a través de su propia convocatoria, no utilizando tácticas de encubrimiento de movimientos terroristas, propias del Montesinos.

Esto les funcionó en el Perú gracias a la Comisión de la Verdad - a la que asesoraron de una manera rentada - y un inexperto Gobierno de Transición; sin embargo no les ha funcionado en el mundo entero en el caso de la voz de protesta contra la violencia de las Farc en Colombia.

No cabe duda que en esta oportunidad nos encontramos ad portas del comienzo del fin de la Farc y sus seguidores, defensores y apañadores.

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