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miércoles, 9 de enero de 2008

ELIMINEMOS LA POBREZA DE LA ZONA RURAL


No cabe duda que la coyuntura política de este año girará en torno a los dos encuentros internacionales que se llevarán a cabo en el país y las personalidades del mundo político y empresarial que nos visitarán con tal ocasión.

El escenario no podría ser más propicio para sacar ventaja de esta visita, pues nuestra economía se muestra sólida gracias al esfuerzo y sacrificio de todos los peruanos, el precio de los minerales - como el oro - está subiendo como la espuma y con ello nuestros ingresos mejoran y, como si esto fuera poco, acabamos de lograr la aprobación del TLC con los EEUU.

Si hay algo de cierto en lo dicho hace unos meses por el ex presidente Alejandro Toledo, es que este Gobierno está cosechando aquello que con sacrificio sembraron todos los peruanos durante las ultimas décadas.

Cierto es que esta prosperidad aun se muestra tímidamente en los estratos más pobres de las zonas rurales del país, pero sí se puede notar una mejora en la disminución de los índices de pobreza y pobreza extrema en las zonas no rurales.

La falta de infraestructura de servicios públicos básicos en las zonas rurales, sumado al escaso o nulo nivel de interconexión vial y el bajo nivel de educación, han conllevado a que por años estas zonas estén condenadas a la pobreza. La falta de creatividad de los gobernantes de turno para generar oportunidades a dichas regiones se hace evidente.

Ha llegado la hora de que estos beneficios lleguen a las zonas más pobres del interior del país y para ello es imprescindible dotarlos de la infraestructura para que cuenten con los servicios públicos básicos.

Existen más de 12,000 proyectos de inversión cuyo proceso de aprobación del SNIP ya concluyó y no se ejecutan, pese a que tenemos una brecha en infraestructura de servicios públicos que asciende a más de 25 mil millones de dólares.

Ante la falta de personal calificado en los gobiernos regionales y locales para consolidar la ejecución de los mismos, sería interesante que se publiquen dichos proyectos de inversión para que las empresas que estén interesadas accedan a ellas por subasta publica.

De esta manera los gobiernos regionales y locales no tendrán que cargar sus planillas con el personal necesario para ejecutar los proyectos y lograremos que en el mas breve plazo los pobladores de las zonas más pobres accedan a los servicios públicos que requieren.

Sólo dos condiciones deberían existir: que las empresas presenten una carta de garantía de ejecución de la obra y que los contratos sean bajo la modalidad “llave en mano”, es decir no se paga hasta que no se entrega la obra funcionando correctamente.

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