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miércoles, 13 de junio de 2007

BANCO AGROPECUARIO: UNA HISTORIA QUE NO DEBE REPETIRSE


El Congreso de la República ha iniciado el debate de un proyecto de ley del Partido Aprista que pretende relanzar el Banco Agropecuario (Agrobanco) como un banco que realiza prestamos directos a agricultores (primer piso) y tendría entre sus fuentes de financiamiento créditos del Banco Central de Reserva.

Se pretende modificar los alcances y atribuciones del Banco Agropecuario en las siguientes dimensiones: recibir depósitos en cualquier moneda, contratar créditos con el BCR (y con instituciones financieras del país y del exterior), no existe monto máximo en el valor de los créditos para los beneficiarios, los créditos directos no cuentan necesariamente con un componente de asistencia técnica, no se permite la participación privada en el patrimonio del Banco y el capital puede ser incrementado por nuevas transferencias del Tesoro Público.

Sobre este proyecto son dos los aspectos que más preocupan: el hecho de que pueda concertar créditos con el BCR y la posibilidad de convertirse en banca múltiple.

El Banco Agropecuario no se puede financiar con crédito del Banco Central, pues el BCR está prohibido de financiar a la banca de fomento. Asimismo, la Constitución, establece que “la finalidad del Banco Central es preservar la estabilidad monetaria.” El otorgar financiamiento a una institución que no ofrece las garantías de sostenibilidad financiera no sería concordante con este mandato constitucional.

Esta prohibición se sustenta en que fueron justamente el manejo irracional de la banca de fomento y el abultado déficit fiscal las principales fuentes de expansión de la emisión primaria causante de la mayor hiperinflación que haya registrado nuestra historia.

En 1990 el crédito del BCR a la banca de fomento representaba el 33 por ciento de la emisión primaria El crédito al Banco Agrario explicaba el 92 por ciento del crédito a la banca de fomento y por tanto un tercio de la emisión primaria de ese año.

Por otro lado, los recursos transferidos al Banco Agrario fueron capturados por agricultores con un ingreso relativamente más elevado. De acuerdo con Salaverry (1983), 72 por ciento del total de créditos otorgados por el Banco Agrario en 1980 correspondían a la región Costa. Asimismo, si bien sólo el 2 por ciento del número de créditos era otorgado a la mediana y gran propiedad (unidades mayores a 20 hectáreas), éstos préstamos representaban el 57 por ciento del monto prestado. Así, entre 1975 y 1979, el 64 por ciento del crédito estuvo dirigido a financiar campañas de cultivos tradicionales de exportación, tales como el algodón, café y caña de azúcar.

Información disponible para 1986 - 1989, muestra que menos de un tercio era dirigido a la Sierra (29 por ciento). Entre 1988 y 1989, el 40 por ciento del crédito estuvo dirigido a financiar campañas de cultivos tradicionales, tales como el algodón, arroz, café y caña de azúcar. Entre 1984 y 1988, la cartera pesada (créditos renovados, contaminados y en mora) representaba en promedio el 20 por ciento de la cartera total.

El manejo gerencial en términos administrativos no era eficiente. Los gastos administrativos representaron un tercio de los ingresos de la institución entre 1980 y 1988.

Es justamente el esquema de incentivos de la banca de fomento el que genera los resultados negativos de estas instituciones. Si se trata de ampliar la cobertura del crédito con tasas reducidas a agentes cuyos riesgos son mayores se tendrá como resultado pérdidas para el banco.

Más aún si los agentes económicos beneficiados toman el crédito estatal como un regalo puesto que la probabilidad de alguna ejecución de garantías por parte del Estado es muy baja. Vincular ello con crédito del BCR es un peligro gravísimo para la estabilidad monetaria, por lo que estas pérdidas debieran estar acotadas por las posibilidades de capitalización por parte del fisco dentro del Presupuesto General de la República.

No es necesario el relanzamiento de Agrobanco, pues la desactivación del Banco Agrario coincidió con un mayor dinamismo en el sector agropecuario y con una menor dependencia de la importación de alimentos.

Mientras que el crecimiento del sector durante 1960-1992 ascendió a 1,7 por ciento anual en promedio, en los años posteriores a la desactivación del Banco Agrario, el crecimiento ascendió a 5,8 por ciento promedio anual. Si bien, habrían existido múltiples factores que condicionaron el bajo crecimiento del sector entre 1960 y 1992, el aumento del crecimiento en los años posteriores demuestra que no era necesaria la existencia de un banco de fomento para que el sector cobre dinamismo.

Este mayor crecimiento implicó, asimismo, una menor dependencia de la importación de productos agrícolas. Entre 1985 y 1992, la importación de alimentos representaba casi la cuarta parte del PBI agropecuario. Posteriormente, entre 1993 y 2005, esta dependencia se ha reducido a 16 por ciento del PBI agropecuario.

Otro tema es que este proyecto de nuevo Banco Agropecuario se formula en un contexto de crecimiento del crédito al sector agrario por la acción de actores privados. En los últimos tres años, se ha registrado un crecimiento del crédito agrícola de 13,1 por ciento. De este aumento, el 67 por ciento está explicado por un mayor dinamismo de las cajas municipales, rurales y edpymes.

La intervención del Estado debe estar dirigida a complementar y fortalecer la actuación privada en el sector, no a sustituirlo. Así, los esfuerzos del Estado deben concentrarse, por un lado, en incentivar el aumento de los niveles de cobertura de los agentes formales existentes y, por el otro, generar las condiciones que faciliten el acceso al crédito privado por parte de los agricultores.

En resumen, se puede concluir que el Banco Agropecuario enfrenta riesgos de tipo sectorial, institucional, de financiamiento y de cartera que no garantizan un desempeño eficiente como banca múltiple, el BCRP está legalmente prohibido de financiar a la banca de fomento, existen nuevos actores financieros que le están inyectando un mayor dinamismo al sector y las acciones del Estado deben estar dirigidas a facilitar el acceso al crédito formal por parte de los agricultores.

1 comentario:

Anónimo dijo...

por que influyo tanto el desastre del banco agrario y ahora si estamos avanzando por que esos recursos no llegan a la clase mas popular y existe tantas cortinas de humo.