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lunes, 13 de noviembre de 2006

A PROPÓSITO DE LOS TRÁNSFUGAS

Hace poco mas de tres meses los congresistas electos juramentaron en sus cargos y asumieron sus funciones congresales, pasando a formar parte de los denominados "Grupos Parlamentarios" dentro de la estructura parlamentaria, los que comúnmente guardan relación con los distintos partidos políticos o alianzas electorales que los llevaron al Congreso de la República.

Los Grupos Parlamentarios son conjuntos de congresistas que comparten ideas o intereses comunes o afines y la importancia de integrar alguno, radica en que es a través de éstos que se obtiene el derecho a pronunciarse en las sesiones plenarias, así como ocupar los cargos directivos del Congreso de la República; todo esto además de ciertos beneficios administrativos.

El Reglamento del Congreso de la República establece que para conformar un Grupo Parlamentario se requiere de cuando menos seis parlamentarios, con lo cual los partidos políticos que no han logrado obtener seis escaños se ven en la necesidad de aliarse con las otras minorías para formar uno, dos o más grupos parlamentarios.

Producto de esta mecánica parlamentaria, en el periodo congresal pasado existieron nueve grupos parlamentarios - incluso uno que se denomina el "grupo de los no agrupados" - , cuando por voluntad popular sólo eran cuatro los partidos políticos y alianzas electorales que contaban con congresistas suficientes como para conformar cada uno un grupo parlamentario: Perú Posible, Partido Aprista Peruano, Unidad Nacional y Frente Independiente Moralizador.

Es decir, en nuestro sistema de conformación de Grupos Parlamentarios se permite durante los cinco años de gestión congresal conformar la cantidad de grupos parlamentarios que se desee, bastando para ello el contar con seis congresistas, aun cuando fueran disidentes de sus grupos originales.

Este sistema, además de desnaturalizar aquello que la voluntad popular en las urnas decidió, fomenta lo que se ha venido a denominar el "transfugismo"; es decir la separación de parlamentarios de los grupos políticos por los cuales fue elegido. Lamentablemente, como se ha indicado, el Reglamento del Congreso les genera a estas personas la esperanza cierta de que una vez que abandone sus grupos de origen, pasen a conformar un nuevo Grupo Parlamentario, cerrándose de esta manera el circulo del transfugismo.

No se tiene en cuenta que la voluntad popular expresada en la urnas no concedió directamente al parlamentario una curul debido única y exclusivamente a sus votos preferenciales, sino que fue gracias a la suma total de todos los votos de la agrupación política, que se generó el derecho de la agrupación política a tener uno o mas congresistas. El voto preferencial de un congresista, sólo determina quien es el que tiene el derecho a ocupar ese espacio que ha ganado la agrupación política.

Entonces, cuando un parlamentario abandona inopinadamente el grupo político al cual pertenece - sin dar una explicación coherente sobre su separación - no sólo está traicionando al partido y los ideales de éste, sino a la ciudadanía que dio su voto a aquel parlamentario. Es claro que si el Partido o Alianza por el que postula se aparta de los principios o línea ideológica, la renuncia del parlamentario a su grupo político de origen es totalmente justificada.

En el sistema parlamentario español, para conformar un grupo parlamentario se requiere de cuando menos diez parlamentarios - no seis como ocurre en nuestro país - y los partidos políticos que no obtienen ese número de congresistas, pasan a formar parte de un sólo grupo parlamentario que los representa en su condición de minorías hasta el final de su mandato.

Es necesario colocar candados legislativos orientados a impedir que un parlamentario abandone inopinadamente el grupo político por el cual fuera elegido, sin que esto implique una violación de la libertad política consagrada en la Constitución. Es claro que el transfugismo sólo debe ser concebido y sancionado como tal, cuando la causa del mismo obedece a alguna prebenda política o económica; mas no cuando la separación está motivada en una causal evidente y objetiva, como es el rompimiento de los principios o ideales originales de la agrupación política.

En este sentido, debería reformarse el sistema parlamentario peruano, elevando de seis a diez el numero mínimo de congresistas para la conformación de un grupo parlamentario. Por otro lado, debería establecerse que las agrupaciones políticas que no consiguieron el mínimo de diez curules, pasen a formar un sólo Grupo Parlamentario que los represente como minorías que son; impidiéndose que con posterioridad se puedan formar más grupos parlamentarios de los que la voluntad popular estableció.

Con esta sola modificación del Reglamento del Congreso, estaríamos mejorando el sistema y haciendo menos atractivo para los parlamentarios abandonar el Grupo Político por el cual fueron elegidos; consolidando un sistema político partidario sólido y de mayor credibilidad y aceptación ciudadana.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Dr. Zambrano:
Partiendo del hecho de que el significado de transfuga es "traidor", se colige que es una perona e la cual no se puede confira de manera alguna... la pregunta del millon seria, como se les deberia llamar a quellos que los llaman y aceptan en su seno...tambien "traidores" o algo peor.

Anónimo dijo...

Creo que tendremos que preguntarle a Doña Martha Hildebrant el calificativo adecuado. Te parece si le sugerimos "incapaces" y/o "irresponsables"?. Con las disculpas del caso por el "y/o" condenado en la grámatica de Doña Martha.