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domingo, 12 de noviembre de 2006

NO HAY PORQUE SUDAR DURANTE UNA ENTREVISTA

Comúnmente vemos a muchos políticos o candidatos acudir a entrevistas periodísticas sin la debida preparación sobre el tema que abordarán, mostrándose totalmente nerviosos por las preguntas que le formula su eventual entrevistador.

La primera regla oro para evitar esta incómoda situación, es prepararse bien antes de ir a una entrevista respecto a los temas que se abordarán en la misma. Para ello es necesario que previa aceptación de la entrevista, se conozca si habrá otro entrevistado en el mismo espacio y quién será - si es que lo hubiera -, el nombre del entrevistador, el corte del programa periodístico y la temática que se abordará durante la entrevista. Si se va a la entrevista bien preparado es difícil que el entrevistado muestre nerviosismo por desconocimiento durante la entrevista.

La segunda regla de oro es que una persona no va a una entrevista para responder preguntas, sino para enviar sus propios mensajes. Es imprescindible que antes de la entrevista se cuente con los mensajes que quiere enviarse a la audiencia y que éstos sean claros, concisos y contundentes.

Generalmente vemos que durante una entrevista televisiva el entrevistado comienza a dar sus respuestas dirigiéndose a la cámara. Esto es un error, el entrevistado sólo debe dirigir la respuesta a la cámara si es que el mensaje que va a dar es a la audiencia, en cuyo caso deberá indicarlo al iniciar su respuesta. En consecuencia, la tercera regla es : "al hablar ante cámaras hay que indicar a quien se está dirigiendo el mensaje".

Cuidado con lo que se denomina la pausa periodística "preñada", es decir con las preguntas que luego de la respuesta del entrevistado, dejan un espacio de silencio, como esperando que el entrevistado continúe con su locución.

En estos casos hay que repetir el mensaje que se dio al inicio de la intervención, pero con otras palabras. Si se deja el espacio en blanco la audiencia puede pensar que el entrevistado no conoce la respuesta. No existe pregunta que no pueda ser llenada con un mensaje preestablecido.

Nunca se debe de tratar de llenar ese vacío con temas que no han sido materia de pregunta, pues ello puede llevar al entrevistado a proporcionar información que le servirá al periodista para reformular preguntas que pueden poner en aprietos al entrevistado. Recuérdese que ante la prensa decir la verdad, no implica decir "toda" la verdad.

Nunca hable "off the record" delante del entrevistador, recuerde que la función del periodista es informar y por tanto la información que se proporcione puede motivar preguntas o investigaciones periodísticas que más tarde pondrán en apuros al entrevistado. Debe también quedar claro que "al periodista no se le pega ni se le paga" por una entrevista, no sólo por una cuestión ética, sino por las consecuencias que ello puede traer a futuro.

Por otro lado, es necesario que se comprenda que aquellos temas delicados que el entrevistado guarda en seis baúles - como decía mi abuela - y que jamás divulgaría ni a su mejor amigo, pueden ser descubiertos por la prensa. Es, por tanto, imprescindible preparar respuestas inteligentes para temas personales que un periodista acucioso tarde o temprano puede abordar durante la entrevista en apariencia inocua.

Los temas de coyuntura son casi inevitables durante el transcurso de una entrevista, por tanto el entrevistado debe conocer cuáles son éstos y tener una posición determinada respecto de cada uno de los temas. Un entrevistado que acude a la entrevista sin haber leído los diarios del día será fácilmente humillado por desconocimiento durante la entrevista.

Como vemos, no es necesario sudar durante una entrevista, sino seguir, entre otras, las reglas antes indicadas, pues nos darán seguridad frente a la prensa y credibilidad ante la audiencia.

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